Si uno de tus propósitos para este 2023 era “hacer más ejercicio”, seguramente conozcas a al menos una persona más en tus círculos cercanos con las mismas intenciones.
Junto con “dejar de fumar”, “aprender algo nuevo”, “ahorrar” o “comer saludable”, hacer ejercicio es uno de los propósitos de año nuevo más comunes, año tras año.
Desgraciadamente, también es uno de los menos exitosos, el propósito al que más gente renuncia. Es posible que, a estas alturas, alguno de vosotros lectores ya haya dado por perdida su cruzada de ponerse en forma este 2023.
No te desanimes y no dejas que este año sea otro más que te apuntas al gimnasio en enero para dejar de ir en marzo.
Falta de tiempo, estrés o poca fuerza de voluntad son solo excusas para justificar la renuncia al propósito del que estabas tan convencido hace menos de un mes. Pero también es importante no martirizarse, no dejar que la disminución de las ganas o la aparición de las primeras dificultades acumulen el agobio hasta el punto de obligarte a renunciar a la meta completamente.
Es lógica la transición de nuestro optimismo hacia decepción y desesperanza a lo largo que el año avanza para terminar en el clásico “el año que viene sí que sí”. Está bien que marquemos puntos de inflexión que puedan ayudarnos a motivarnos (como es el caso del inicio de un nuevo año), pero no podemos dejar que esa procrastinación se vuelva cíclica y no se traduzca nunca en resultados.
Ajusta y personaliza tus propósitos para que sean realistas y realizables, no basta con la motivación al inicio de año, es necesaria disciplina para que este nuevo comienzo traiga consigo cambios y mejoras sustanciales.
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